Tengo tres hijos, creo que lo sabéis. La mayor se dedica a la cocina, el mediano se está preparando para ser un virtuoso de la guitarra eléctrica y el pequeño nos ha salido futbolero.
Hoy os voy a hablar del pequeño. Si buscáis en el diccionario la definición de «cansino», encontraréis una foto suya. Desde el año pasado llevaba insistiendo en que lo apuntase a fútbol, pero no en el colegio, sino en el equipo del pueblo. Sabiendo de la volatilidad de sus impulsos (o sea, que a pesar de ser cansino, cuando tiene lo que quiere, acostumbra a hartarse y dejarlo…), le fui dando largas y le dije que si después del verano seguía queriendo ir, lo apuntaría cuando empezase el curso.
Así que en septiembre estábamos preparados para hacer la matrícula, pero debido a su problema con una uña incarnada en el pie, fui posponiendo su incursión en el equipo. Por fin, a finales de octubre empezó a ir a entrenar.
Llegó emocionado el primer día. Se rumoreaba que iban a ir a jugar un partido con los alevines del Real Madrid el 24 de noviembre, así que empezó a cansinear para que le dejásemos ir si al final no era solamente un rumor y se realizaba el viaje.
Cuando por fin llegó la confirmación, comenzó la insistencia para firmar la autorización, que incluía el número de acompañantes que iba a llevar el niño.
Una, que intenta ser ecuánime con todos sus hijos, pensó: «pobrecico, lo vamos a mandar a él solo en el autobús y cuando Consuelo fue a correr a Cuenca la acompañamos su padre y yo. Voy a ver si lo convenzo para que nos vayamos a llevarlo».
Al padre le gusta tanto viajar como que le claven palillos debajo de las uñas, y en menos de un mes llevábamos ya 4 viajes de 500 kms en un día, así que la cosa estaba complicada, pero se ve que lo pillé en un día bueno y consintió (bueno, más bien que se le ocurrió que así podría ir a la Casa de la Moneda y ampliar su colección, aprovechando el viaje. Aquí nadie hace nada en vano….)
Ya puestos, pensé que sería bueno que nos fuéramos todos, para animar al futbolista. El mediano, cuya máxima aspiración era pasar el domingo en casa, solico con la abuela, jugando al ordenador todo día y comiendo su comida favorita, que para eso la abuela sufre el síndrome del camarero, no estaba muy de acuerdo en venirse, pero consintió, también.
Consuelo tenía examen el lunes, pero preguntó si iba a estar Beckam (nótese lo futboleros que somos en casa, que ni sabía que Beckam ya no juega en el Madrid….), pero la convencí diciendo que igual estaba Casillas….
Para rematar el pastel, se me ocurrió que ya que íbamos a Madrid, podría llamar a una amiga bloguera y desvirtualizarnos, porque sabía que ella tenía muchas ganas de conocer a Consuelo, así que el sábado por la mañana quedamos en vernos en Valdebebas el domingo a la hora del partido. Por supuesto, ella estaba encantada de animar también al futbolista, y se comprometió a quedarse durante todo el partido, a pesar del frío de cojones que haría por allí.
Dicho y hecho, todo preparado para salir el domingo tempranito.
Como madre previsora (o_o) el sábado por la tarde le pregunté al futbolista si tenía todo preparado para el partido, oséase, camiseta, medias, pantalones…. no empezase a las siete de la mañana a decir que le faltaba algo. Así me daría tiempo a lavar lo que fuese, si era el caso…. Y la criaturica va y me dice: «No, si yo no juego, yo no estoy convocado»
¡QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉ´! ¿QUE NO ESTÁS CONVOCADO?????? ¿Pero entonces a qué coño vamos a Valdebebas, niño????
Toda la familia movilizada, la quedada con la bloguera, todo organizado y ¡el niño no juega!!!!!
Y claro, él me dijo: «Si yo lo que quería era irme en autobús con mis amigos, si yo con vosotros no quiero ir»
Ya me extrañaba a mí, si llevaba entrenando 4 días, que fuera a jugar contra el Real Madrid, aunque fuera con los enanos….
En fin, que decidimos irnos a pesar de todo, estuvimos en Valdebebas, para desilusión del mediano, que llevaba toda la semana diciendo a sus amigos que el domingo se iba al Bernabéu, pensando que era allí.
Pero bueno, que no todo iban a ser calamidades. A pesar de que golearon al equipo (no nos quedamos hasta el final, cuando el marcador llegó a las dos cifras, preferimos irnos a ver Madrid), lo mejor del día fue desvirtualizar a …….(y ahora, temblad de envidia…..)¡DOLEGA!!!!!
Si no la conocéis, ya estáis tardando en pinchar el enlace, y a los que ya la leéis, deciros que si os parece encantadora en su blog, en la realidad no es así. Encantadora es un calificativo que se queda corto. Acudieron a Valdebebas ella y el Consorte (sí, también conocimos al Consorte) y os puedo decir que estuvimos encantados, pasamos un día genial y que nos quedaron ganas de repetir. Por supuesto no paramos de hablar, parecía que nos conociésemos de toda la vida. Y es que cuando lees el blog de alguien, comentas y te comentan, creas un vínculo con él y a pesar de no haberte visto nunca, es como si llevaras hablando con él mucho tiempo. Fue un día muy especial y desde aquí agradezco al club de fútbol Villarrobledo su intercesión, sin cuya ayuda no hubiera sido posible esta desvirtualización. Lamento profundamente la enorme cantidad de goles que tuvieron que encajar para que haya sido posible este encuentro blogueril, pero a ver si para la próxima aprenden y convocan a mi niño….